El abandono

Nuestro artista se inspira en un humilde pordiosero, al que encuentra en la plaza de la Independencia en Quito. Paseaba con sus pequeñas hijitas y observó al mendigo, cansado, con arrugas profundas, hambriento, le dolía la vida. El hombre, sentado al sol, con viejas ropas y sus zapatos rotos, casi que escondía un costal donde guardaba una cobija para cubrirse cuando dormía. Su     techo eran las estrellas y su mirada triste denotaba el dolor que produce el abandono de los que amaba. Le compartieron algo de   lo que comían; lo aceptó porque el ruido del hambre gruía en su estómago. Se observa claramente la necesidad de alimento.

Al fondo se observan matices del color verde. Para el pintor, significa la esperanza de días mejores para la Patria y para todos.   Si se observa detenidamente, los colores también asemejan ligeramente a los colores de nuestra bandera. Está implícito; hay  un horizonte de esperanza de que algún día, la utopía, se nos acerque. Prefiere colores que realcen respetuosamente las figuras, de los retratados. Que auguren días mejores para todos.